Adiós a la tripa

¿Unos antiestéticos michelines en el abdomen estropean tu figura? ¿Sufres hinchazón? ¿No consigues marcar los abdominales aunque estés haciendo ejercicio? Tu alimentación puede ser la causa de la llamada “curva de la felicidad”.

Hay mujeres que a pesar de ser bastante anchas de cadera tienen una tripa plana a pesar de comer lo que coman, en cambio hay chicas que a pesar de ser muy delgadas tienen una pequeña barriguita, la genética y tus hábitos de vida son la causa de un vientre abultado incluso tu postura puede incrementar este problema.

Un vientre plano no se consigue dejando de comer, sino reduciendo las cantidades y haciendo más comidas para evitar la hinchazón. Cuando pasas demasiadas horas sin comer tu metabolismo se ralentiza y, a la larga, el problema empeora.
Lo ideal para mantener tu abdomen a raya es evitar las grandes comidas que acaban en malas digestiones, gases e hinchazón pero debes saber que pasar hambre también hace que acabes comiendo demasiado y además, alimentos que no te convienen y que se acumulan en tu tripa en forma de grasa.
Cada comida que hagas debe ser tranquila masticando despacio y tomándote tu tiempo para que todo te siente bien y no cojas aire al comer. Poner en alto las piernas después también ayuda a evitar la hinchazón a pesar de que esto no es siempre posible.

Lo ideal es desayunar fuerte y abundante a media mañana tomar alguna pieza de fruta o un pequeño bocadillo, a la hora de comer debes comer una comida nutritiva y escasa en grasas y cenar ligero.

También hay alimentos que debes evitar en la medida de lo posible lo cual no significa no ingerirlos de vez en cuando, por ejemplo las bebidas gaseosas, el alcohol, los fritos, la comida basura y similares, y por el contrario hay alimentos que pueden ayudarte como por ejemplo las legumbres y beber mucha agua pero no en grandes cantidades sino en pequeñas cantidades y muy seguidamente.

Tu dieta “antibarriga” debe ir acompañada de ejercicio físico para potenciar la quema de calorías. Es muy importante que te muevas y que hagas alguna actividad de tonificación muscular (además de hacer abdominales), ya que tener masa grasa potencia la quema de calorías. Si no tienes tiempo de ir al gimnasio, camina todo lo que puedas cada día. Aficionarte al transporte público o al coche puede significar la diferencia entre un michelín y un vientre plano.