Las ojeras son esas antiestéticas coloraciones grisáceas o amoratadas que surgen en el párpado inferior, salen principalmente por la falta de descanso, por haber dormido pocas horas o a horas no adecuadas, pero ¿realmente cuál es su origen? La causa más frecuente no es la falta de horas de sueño como se cree, la mayoría de las ocasiones se debe a un factor hereditario. Si tus padres o abuelos tienen ojeras de forma crónica es muy probable que tú también las tengas o las desarrolles con el tiempo. Puede que ya las tengas y si sueles dormir poco es un factor que haga que las potencie.
Según la raza del ser humano también hay más probabilidades de sufrir ojeras. La mediterránea tiende a desarrollar más ojeras que otras debido a que genera más pigmentación que otras razas de piel menos oscura y ese exceso de pigmentos en el párpado inferior llega a provocar ojeras.
Luego hay otra clase de ojeras que sí que aparecen por la falta de tiempo que solamente duran un tiempo determinado aunque estas también pueden ser causadas por alergia, embarazos o por la menstruación.
Las ojeras causadas por la falta de sueño suelen ser también temporales y tienen un color amoratado. Dormir poco provoca que los vasos sanguíneos de los párpados inferiores se dilaten, de ahí ese color morado.
Si tienes una ocasión especial y las dichosas ojeras te afean el rostro hay un truco casero que rebaja un poco el hinchazón: pon a hervir dos bolsitas de manzanilla y luego mételas en la nevera hasta que estén bien frías, una vez llegado a este punto póntelas sobre los párpados hasta que se calienten, después deja secar el ojo y ya puedes usar tu maquillaje habitual, notarás la diferencia.
Otro remedio que puedes usar más seguido son las compresas de pepino: Corta rodajas de pepino. Toma una gasa y apila encima varias rodajas del vegetal elegido, envuelve y aplica sobre los ojos cerrados durante 15 minutos, verás que con una aplicación asidua conseguirás atenuar dichas ojeras.
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