Para gozar de un buen estado de animo a lo largo del día lo ideal es haber descansado bien durante la noche y eso no significa dormir las horas suficientes sino haberlo hecho con calidad, para eso hay que intentar tener unas normas; la hora de ponerse a dormir debería ser siempre la misma, la mayoría de la gente necesita 7 u 8 horas de sueño pero lo importante es despertarse sin brusquedades, la calidad de la cama y la ausencia de ruido son muy importantes.
Respetar los ritmos también es fundamental porque rigen los procesos fisiológicos con sus diferentes fases a lo largo del día y la noche. Tanto cuerpo como mente necesitan regularidad en la hora de despertarse y de acostarse. Además es aconsejable no ir todo el día a contrareloj porque al acostarse el cuerpo se relaja y de haber tenido un día muy acelerado el cuerpo nota ese cambio brusco de pasar de un stress a una calma rotunda y no lo puede asimilar de golpe, causando el padecer malas noches (cuando no cogemos la postura adecuada, nos despertamos cada dos o tres horas, etc...).
Evitar comidas copiosas antes de ir a la cama si es necesario es recomndable comer mas veces al dia con una menor cantidad.
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