Los poros se abren cuando las glándulas sebáceas se hacen más grandes dentro de la piel y comienzan a segregar en la superficie, una cantidad exagerada de grasa. De manera que las personas que tienen la piel grasosa y especialmente las que no se la limpian bien diariamente, o no se la cuidan con los astringentes o los productos correctos, van a padecer de poros abiertos. Y esto lo vamos a notar en la nariz, la barbilla y la frente (zona T de la cara).Esa grasa que sale por los poros es la que forma el ‘manto ácido’ de la piel y es una protección necesaria de la misma, pero el ‘exceso’ es el que comienza a causar problemas, y abrir y obstruir los poros. Y al no eliminar esa grasa se forman las feas espinillas negras (que no es más que sebo ‘atrapado’ en un poro, que se vuelve oscuro cuando se oxida al quedarse en la superficie de la piel), igual que granitos y barros, y las llamadas ‘espinillas blancas’ (que se forman cuando el poro se llena de impurezas o grasa, pero no se abre) y otras afecciones del cutis. Debemos recordar que mientras más graso es el cutis, mayor la propensión de que los poros se abran y se agranden,
Actualmente en el mercado existen muchos productos especificos para esto pero nunca hay que olvidarse que no es lo mismo cuidar e hidratar una piel a los 30 que a los 40 asi que a parte de usar una crema especifica para cada edad y tipo de piel lo que siempre hay que hacer es por la noche antes de acostarse limpiar perfectamente la piel , no dejar nada de maquillaje y a parte durante el dia el aire, el polvo etc...tambien deja impurezas en el rostro que provocan la aparición de espinillas, de un rostro con poco luz y brillantez. Aqui tambien os dejo unos remedios caseros que no van nada mal:
* Mascarilla de almendras: En una licuadora, eche 1/3 de taza de almendras y hágalas polvo. Después agréguele agua poco a poco hasta tener una pastita. Póngase la pastita de almendras empezando por la nariz y extendiendo hacia las áreas problemáticas. Déjelo actuar por media hora y lávese con agua tibia. Para ver resultados, repítalo por lo menos dos veces por semana.
* Corta láminas de tomate, lo más delgadas posible y aplícalas sobre el rostro o la piel que quieres tratar; Déjalas actuar durante 10 minutos, cual si se tratara de una mascarilla; retira y lava con agua bien fría.
* Exprime el zumo de un limon y añadele dos cucharaditas de miel, remueve y aplicalo en el rostro. Debes hacerlo a diario y en una semana y poco veras la diferencia.
* El huevo es un aliado de la piel y una mascarilla rápida puedes lograrla batiendo una clara a punto nieve, con unas gotas de aceite de oliva (que puedes reemplazar por jugo de limón, que además es astringente); aplicas como una mascarilla, dejas actuar durante diez minutos y retiras con agua y jabón.
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